La nueva raza de cuy lograda en el INIA, denominada «KURI», se caracteriza por ser prolífica y precoz, alcanza su peso comercial de un kilo entre 8 y 9 semanas. Esto lo convierte en un animalito con atractivo comercial, a diferencia de las décadas del 70, 80 y 90 cuando la crianza era una actividad doméstica para autoconsumo.
El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI) pone a disposición de los productores la nueva raza de cuy KURI que, por su buena composición genética, mejorara la producción y comercialización de esta cadena productiva, beneficiando la economía de más de 7 mil familias en el Perú, las cuales podrán generar por año más de 148 mil crías.
La raza KURI, desarrollada por el MIDAGRI a través del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), se caracteriza por tener una alta capacidad cárnica con un 73.5% de rendimiento de carcasa; además puede ser utilizada en los tres sistemas de producción como son el familiar, familiar-comercial y comercial.
Tiene la capacidad de alcanzar su peso comercial de un kilo a las 8 semanas de edad, acortando su tiempo de salida al mercado. Su uso le permitirá al productor mejorar el peso de los cuyes regionales en 44% e incrementará el tamaño de camada, con ello podrá lograr un ingreso económico superior en 80%.
Productivamente la raza KURI supera en peso corporal de la raza ANDINA en un 19.3 % y de INTI en un 12.7 %. Supera en tamaño de camada en un 41% a la raza Perú, disminuye la frecuencia de nacidos muertos en 4% y reduce la mortalidad durante la lactancia en 7%. Además, aporta una carne de calidad con 20% de proteína y 1,02 mg de hierro por 100 g de carne.
Por su buena composición genética, la nueva raza KURI se desarrolla bien en climas templados, se adapta a condiciones de costa (norte, centro y sur) y sierra pudiendo mantener su productividad optima hasta los 2800 msnm, aunque mantiene sus estándares productivos hasta los 3,600 msnm.
Debido a estos atributos, la raza KURI, generada por el INIA-MIDAGRI a través del Programa Nacional de Cuyes, se convierte en una buena alternativa tecnológica que permitirá mejorar esta actividad en las diferentes regiones. Esta nueva raza se mantiene pura en Lima y Moquegua, y en proceso de multiplicación en las regiones de Ancash, Apurímac, Cajamarca y Amazonas.
La población de cuyes en el país se ha incrementado de 16,520,092 en el 2015 a 19,725,802 en el 2019. Este incremento poblacional ha sido de 3,205,710 cuyes, lo que ha generado el fortalecimiento del sistema económico familiar-comercial, creciendo la posibilidad de generar puestos de trabajos familiares.
KURI es el producto de un trabajo de mejoramiento genético del Programa Nacional de Cuyes del INIA, empleando técnicas de cruzamiento de tres razas especializadas de alta calidad generadas también generadas en la entidad. Ellas han aportado niveles de precocidad, peso, características cárnicas y prolificidad.
Entrevista a la Coordinado del Programa de Cuyes INIA
– Ing. Chauca, ¿en qué se diferencia la “Kuri” de las razas anteriores?
– Con las razas generadas y liberadas entre el 2004 y 2013 y luego de un largo proceso de selección, mediante cruzamiento se logró una nueva raza compuesta, denomina “Kuri”, que fue liberada en diciembre del 2021. “Kuri”, es una raza precoz y prolífica, que ha rescatado las mejores características de las razas “Perú” (precoz), “Andina” e “Inti” (prolíficas), estas dos características de implicancia económica se traducen en mayor rentabilidad para el productor. Como investigadores, nuestra preocupación está en mejorar la genética, priorizando las características que redunden en rentabilidad, por ello se continua la selección por precocidad y prolificidad, pero sobre todo la supervivencia de las crías, con el fin de generar mayor rentabilidad para los productores. Asimismo, la estructura de la carcasa es importante, por eso evaluamos la relación músculo-hueso, estructura muscular, longitud de los huesos, índice cefálico, entre otras características.
– ¿Qué papel realiza el INIA en relación con la raza “Kuri”?
– En lo que a nosotros corresponde, nuestro trabajo está orientado a mejorar la genética del animal, con razas precoces, con una edad de empadre a las ocho semanas de nacidas en caso de las hembras, y 12 semanas en los machos. Con ello se lograr mejorar la fertilidad en las reproductoras que llega a 93%, en la raza “Kuri”.
Supera a las tres razas anteriores
“Kuri” es una raza compuesta; en su proceso de formación se ha podido fijar los mejores atributos de las razas aportantes. Se caracteriza por tener una alta capacidad cárnica, con un 73.5 % de rendimiento de carcasa, frente a 68-70 % del cuy nativo. Si se la compara con la “Perú”, es ligeramente superior. En peso corporal, la raza “Kuri” supera a la “Andina” en un 19.3 % y a la “Inti” en un 12.7 %. Supera en tamaño de camada en un 41 % a la raza “Perú”, disminuye la frecuencia de nacidos muertos en 4 % y reduce la mortalidad durante la lactancia en 7 %. Además, ofrece un 20 % de proteína y 1,02 mg de hierro por 100 g de carne. Alcanza su peso comercial de un kilo entre las 8 y 9 semanas de edad. El uso de esta raza en cruzamiento le permitirá al productor mejorar el peso de los cuyes regionales.
Rentabilidad
– ¿Y resulta rentable dicha crianza?
– La rentabilidad de esta actividad varía de acuerdo a la región, dependiendo de los pisos altitudinales que determinan su potencial productivo, sistema de producción, alimentación, bases genéticas, aplicación de técnicas de bioseguridad y otros factores. La sierra norte es la que concentra mayor población de cuyes, seguida por la sierra centro y luego el sur, estas tres regiones se diferencian por sus pisos altitudinales lo cual determina su potencial productivo forrajero. En regiones con temperaturas altas la producción de cuyes es baja o nula. En términos de rentabilidad, la crianza de cuy representa la caja chica de las familias criadoras y como crianza comercial, genera mano de obra.
– ¿Cuál es la situación del subsector cuyero en el país? ¿Avanzamos o retrocedimos?
– La crianza de cuy, como una actividad ancestral está ligada a la mujer rural, constituye un producto alimenticio de alto valor nutricional que contribuye a la seguridad alimentaria de la población rural y es la caja chica de los criadores. Igual que otros sectores productivos, la pandemia afectó también a la crianza de cuyes. Las restricciones en movilización, el cierre y la paralización de restaurantes limitaron la comercialización. La estrategia seguida por los criadores fue reducir la población de sus cuyes, sobre todo el plantel de reproductores. Además, cambiaron la alimentación del animal, priorizaron el suministro de forraje, el cual producían dentro de su sistema de producción, con lo cual no invirtieron en compra de alimento, esto determinó que su producción y productividad mermara en relación a épocas normales. Con el levantamiento de las restricciones y el inicio de la reactivación de los restaurantes en el 2021, los criadores de cuy empiezan a recuperar sus planteles. Lo que sí hay que destacar, es que quienes crían para autoconsumo, mejoraron su dieta con la ingesta de una carne rica en proteínas, ácidos grasos esenciales y otros nutrientes.
– ¿A cuánto asciende la población de cuyes?
– No contamos con los datos de los dos últimos años, es decir desde el inicio de la pandemia hasta la fecha. Sin embargo, según la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA) 2015-2019, la población de cuyes en ese lapso se incrementó en 3’205,710 cuyes, es decir, en el 2019 habían 19’725,802 ejemplares, correspondientes a 817,847 productores (ver gráfico Nº 1). Este incremento poblacional es consecuencia del uso razas mejoradas que mejoran su productividad y a la mayor demanda de los consumidores. Esto alienta a más personas a incursionar en la crianza de esta especie, como una alternativa económica y generadora de fuentes de trabajo.